Con motivo de la proxima exposición individual de la obra de Ángeles Marco, su querida amiga Elena del Rivero, escribió un email a los galerístas de EspaiVisor, Miriam y Mira, y también en "copia" a mi misma, y que con su permirso, comparto. Es un escrito emotivo, reivindicativo, que sólo una mujer, una amiga íntima y una artista como Elena del Rivero, apasionada, valiente e inteligente, puede escribir.
Con todo mi cariño hacia ti, por seguir cuidando de la obra de mi madre, de su memoria y de mi. Te comparto y te tengo presente, ojalá pudieras estar en Valencia para ver en directo los frutos de este encuentro con EspaiVisor, que sin duda hubiera colmado de alegría a mi madre. Gracias a la galería Espai Visor por tomar de nuevo de la mano a Ángeles Marco y dotarle de nueva vida.
Ángeles Marco en su taller a finales de los años 70.
New York City, June 6th, 2017
Miriam querida y Mira querido,
Esta noticia me llena de alegría por y su obra, por María y también por
la amistad que me unió con ella. Finalmente me alegro por vosotros:
Ángeles es una GRAN artista española. Una artista de gran valía obviada
en su propio país, SHAME!
Os hago unas reflexiones que estoy segura os serán de interés. Pongo en
copia a María pues sé que le interesa todo sobre su madre.
El texto de Román es perfecto, de gran académico que es y justo, pero
la obra de Ángeles necesita, desde mi punto de vista, algo más. No se
habla de ningún artista de nota español (y cremé que para mí Ángeles
estaba a la misma altura, sino más, de los más grandes, aunque,
desgraciadamente, no tuviera los contactos que tuvieron muchos de ellos,
sus apoyos y ella carecía de "atrevimiento social") como de la escuela
de Madrid, por ejemplo. Ángeles Marco era mucho más universal que todo
lo que se ha hablado de ella, y sus raíces no estaban intelectualmente
solo en Valencia. Sí habla Román de "círculos biográficos, "huellas", de
"pistas personales" de "teatralidad" pues el la conocía bien y fue su
amigo pero, para mí, había más. Su obra no era solo formalista.
Además del sufrimiento personal e íntimo del que no ha lugar hablar, su
hundimiento después de la última instalación en una galería de Madrid a
principios de los 90 la remató. La crítica tildó la muestra, creo que en
El País, de "Gabinete del doctor Cagliari" o algo así y fue
devastadora. A raíz de este acontecimiento los apoyos desaparecieron;
estaba muy sola, nunca levantó ya cabeza. Ella resplandeció solo de la
mano de Manolo Montenegro, galerista – no dealer - sin igual, atento y
próximo al estudio del artista, persona maravillosa y que emanaba un
respeto hacia el/la artista digno de admiración. A él le fascinaba como
era Ángeles y sobre todo, su obra. Muchas veces nos reunimos en mi casa
de Madrid con Manolo, en la calle Fernando VI, donde se quedaba Ángeles a
dormir, y cerca de su galería para tomar un algo y charlar. Se podía
ver la sintonía que tenían. Ángeles irradiaba felicidad. Con su muerte
todo cambió. Ángeles era difícil de vender, su trabajo no era
domésticable, querían piezas pequeñas y así se lo pedían y ella no sabía
nadar en estas aguas turbulentas con la ambición intelectual que tenía.
Su sufrimiento, in crescendo, solo lo aireaba en privado como lo
difícil que era ser escuchada como mujer artista: esto es muy
importante. Sí había una preocupación terrible por los materiales, y yo
aprendí mucho de ella, y sí fue ella, quizás, también de las primeras en
utilizar el caucho y las formas blandas, las lonas en la escultura en
España. Cuando ella dice "Yo soy -yo soy" hay, evidentemente, algo más
que mero lenguaje.
No sin razón alguien a quien indagué en la presentación de "My friends
and other animals" sobre que había hecho Valencia por ella, me contestó:
Uy Elena pero era tan difícil y antipática! porque lo que se esperaba
de una mujer artista, entonces, además de buena obra era ser "nice", si
no al rinchi! castigada. Y si eras "nice" podías pasar hasta con obra
mediocre, o no? Un varón artista lo podía ser todo y más. En su obra
Ángeles también habla de este aislamiento, vértigo y abismo emocional.
Sí utilizaba ciertos paradigmas del arte conceptual y del minimalismo
americano sobre todo, pues le interesaba mucho, pero su propuesta no era
un simple minimalismo o conceptualismo, en absoluto. Eso sería abaratar
intelectualmente su obra. Es semejante a cuando le preguntaron a Agnes
Martin si era minimalista y contestó: "en absoluto, soy expresionista,
porque pinto lo que veo por las ventanas de mi estudio en el desierto."
El intento de la exposición "My friends and other aninals" que organicé
en Madrid en septiembre pasado para Travesía Cuatro, era precisamente,
entre otros temas, situar la obra de Ángeles en un contexto más
universal y ampliar la lectura de su obra al hacerla dialogar, por
ejemplo, con la de Esther Ferrer, Janice Guy e incluso con Coplans que
no son formalistas y todos amigos. Alguien que la conoció bien que vino
por Travesía Cuatro en septiembre cuando se inauguró la muestra comentó
que la obra de Ángeles cobraba otro valor por encima del sabido con la
muestra de "My friends...". Era un pendiente que tenía con Ángeles quien
me había pedido cuando estaba ya enferma, que cuidara de su obra.
También pienso que hubiera sido interesante, dar crédito, en plan
anglosajón, a cómo se trabó este acontecimiento que ahora nos ocupa.
Nuestras conversaciones en NYC desayunando, y vosotros, al principio,
reacios diciéndome que no podíais coger más artistas hasta que no se
fuera uno. Y luego después de pensarlo, finalmente accediendo. Estas
conversaciones no hubieran ocurrido sin Travesía Cuatro haber accedido a
la muestra que les propuse y haberla apoyado económicamente también.
Pues la había propuesto a otra galería con anterioridad y no me dieron
el visto bueno para hacerla. El trabajo de Travesía Cuatro merece
reconocimiento, es la comunidad la que agradece algo, circunstancias tan
infrecuentes en la individualista España.
Para crear historia hay que echar mano de estos detalles, de cómo entre
amigos se crea y cuecen cosas: porque añade valor histórico a lo que
tenemos entremanos.
También es curioso, a mi modo ver, como después de la muerte de Ángeles,
es en Madrid, donde se ve su obra por primera vez en una galería
comercial y en, Madrid, precisamente, habiendo transcurrido más de 30
años desde la última que hizo Ángeles con piezas que tú ahora presentas
en Valencia por primera vez. Como te dije antes, yo propuse esta misma
muestra de "My friends…" anteriormente sin éxito, y nadie habló de
Ángeles en los años que trascurrieron desde entonces. Yo creo que la
historia de como suceden las cosas en lugar de restar, enriquece el
discurso y suma. Los avatares de la vida son ventanas por las que se
cuela también la historia de la crítica. En este caso que nos ocupa
Travesía Cuatro ha sido intrumento importante en poner el punto sobre la
“I” en este discurso. Se lo tenemos que agradecer en nombre de
Ángeles.
Dore Ashton decía que la crítica debe estar inmersa en la literatura,
en la filosofía, alusiones históricas, y experiencias personales… y los
mejores artistas, también, son aquellos capaces de canalizar
experiencias personales y condicionantes históricos de su época.
Gracias por haber tomado el hilo conductor. Me alegra tanto que seáis
vosotros y en Valencia. Sois la mejor galería para llevar a cabo este
trabajo minucioso que requiere este tipo de obra como la de Ángeles,
Mira prestando tanta atención al detalle y el archivo, tan preciso y
Miriam con su apoyo sigiloso y amoroso. Además para María es más
sencillo todo cerca de casa: todo parece estar bien aspectado y estoy
feliz. Al pensar en vosotros como casa que sois para la obra de Ángeles,
pienso que ella hubiera sido feliz también vosotros como lo fue con
Manolo Montenegro. ¡Ojalá llevéis su trabajo muy lejos y lo podamos
celebrar juntos en Valencia con una paellita!
Os deseo un exitoso opening. Siento tanto no poder estar allí con
vosotros. Gracias María, también a ti, por tu trabajo y por lo que he
aprendido de ti en estos últimos tiempos sobre la vida.
Elena del Rivero